Iroel Sánchez
Muchas veces hemos escuchado decir que la justicia es ciega y el comienzo del año 2011 parece brindar una excepcional oportunidad para comprobarlo. Simultáneamente ocurrirán dos vistas judiciales, la del australiano Julian Assange y la del cubano-venezolano Luis Posada Carriles. En ambos casos, las presiones políticas han llevado al paroxismo la ceguera de los encargados de impartir justicia.