¿Sólo falta poner nombre al ataque a Libia?


Isaac Rosa
Anders Fogh Rasmussen marzo de 2003 con pintura roja vertida por un activista en el Parlamento danés, simbolizando la sangre, por la participación danesa en la guerra contra Iraq

Anders Fogh Rasmussen, cuando era Primer Ministro de Dinamarca, con pintura roja, vertida por un activista, simbolizando la sangre, por la participación danesa en Iraq

“Es una crisis humanitaria en nuestro patio. No puedo imaginar que permanezcamos al margen si continúa.” -Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN- .

En el Mediterráneo se está rifando un bombardeo, y Gadafi lleva todas las papeletas. Bueno, Gadafi no: los libios, que serán los que sufran los humanitarios misiles si la OTAN decide salvarlos.

Se está rifando, y no sé si queda tiempo para detener la tómbola, porque veo muy lanzados a los partidarios de la intervención. No sólo se multiplican las declaraciones públicas y los contactos entre países para, como mínimo, establecer una zona de exclusión aérea. Además los preparativos militares siguen adelante, por si acaso.

Según contaba Al Yazira, Malta es ya el centro de operaciones, donde se está preparando todo lo Sigue leyendo

Obama salió cangrejo…


«Obama salió cangrejo. Ahí va, desandando lo bueno que hizo al principio. ¡Qué pena!».

Ese es el texto con que  la sección Rayuela, del diario mexicano La Jornada, comenta la decisión del mandatario norteamericano de recomenzar los juicios militares a los sospechosos de terrorismo en la base que Estados Unidos ocupa ilegalmente en Guantánamo, Cuba.

El mundo entero ha denunciado ese lugar como un campo de torturas y Obama prometió cerrarlo durante su campaña electoral. Sigue leyendo

Mujeres (+ video)


Silvio Rodríguez
Caracola, Roberto Fabelo, Acuarela sobre cartulina.

Caracola, Roberto Fabelo, Acuarela sobre cartulina.

Me estremeció la mujer que empinaba a sus hijos
hacia la estrella de aquella otra madre mayor.
Y cómo los recogía del polvo teñidos
para enterrarlos debajo de su corazón.

Me estremeció la mujer del poeta, el caudillo,
siempre a la sombra y llenando un espacio vital.
Me estremeció la mujer que incendiaba los trillos
de la melena invencible de aquel alemán.

Me estremeció la muchacha
hija de aquel feroz continente,
que se marchó de su casa
para otra de toda la gente.

Me han estremecido un montón de mujeres,
mujeres de fuego, mujeres de nieve. Sigue leyendo