Iroel Sánchez
La decadencia de las cumbres iberoamericanas parece ser irreversible. La ausencia de 11 de los 22 mandatarios de los países convocados a la XXI Cumbre celebrada en Paraguay este octubre es un indicador de la pérdida de interés por el foro entre las naciones latinoamericanas.
Si hace cuatro años, en la reunión de Santiago de Chile, el monarca Juan Carlos I, espetaba al presidente venezolano Hugo Chávez, su célebre y prepotente “Tú, ¿por qué no te callas?”, hoy la pregunta apropiada parecería ser, “Ustedes, ¿por qué no nos oyen?” pero pronunciada en un tono casi de ruego.