Mucho dinero y presiones se está gastando el gobierno de Estados Unidos para convertir la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba en una oportunidad para potenciar sus acciones de demonización y acoso contra la Revolución con la complicidad de la gran prensa.
Los últimos días han sido testigos de la falta de escrúpulos con que Washington pretende utilizar el impacto mediático de este evento para visibilizar la minúscula «oposición» a la que paga en la Isla, generando incidentes y noticias falsas.