Iroel Sánchez
Desde hace algún tiempo algunos ven en el mundo cultural español el modelo que debemos imitar en América Latina. Sus jugosos premios, sus listas de ventas y sus catálogos de vivos colores han seducido a no pocos de este lado del Atlántico e incluso, desde las tribunas que allí se les facilitan -vaya usted a saber por qué-, algunos nacidos en nuestras tierras intentan darnos lecciones de libertad a quienes habitamos estas pobres naciones plagadas de defectos.