Piero Gleijeses*
Mientras los medios de comunicación estadounidenses se centraron recientemente en “el apretón de manos” entre el presidente Obama y Raúl Castro, vale la pena reflexionar por qué los organizadores del funeral de Nelson Mandela invitaron a Raúl Castro como uno de los seis líderes – de las noventa y un asistentes extranjeros- para hablar en la ceremonia. No sólo se le concedió a Raúl Castro ese honor, sino también recibió la más cálida presentación en la ceremonia: