Sara Rosenberg
Hay un dibujo de Goya en el que escribe a pie de página “El sueño de la razón engendra monstruos”. Hablaba entonces de los horrores y de los “Caprichos de la guerra”, porque dormida o muerta la razón –la tan vilipendiada y sin la que nos arde en las manos la barbarie- sólo son posibles las monstruosidades más humanas. Humanadas, no animaladas, porque ningún animal sería capaz de tales aberraciones. Claro que para estas humanadas hay causas, y hay historia y hay muchas pruebas Sigue leyendo