Álvaro Castillo Granada
Baudilio Espinosa, el galán de las lechugas, me dijo hace unos días en su casa (después de almorzar esplendorosamente un banquete preparado por Yoanka, la mejor cocinera de Cuba) que una de las cosas que más le entristecía de morirse era no leer lo que yo iba a escribir sobre él. Todos nos reímos porque, claro, ya sabemos cómo es Baudilio y el peculiar sentido del humor que maneja. “Chico… —añadió. Si hasta me pongo triste por personas que no conozco”. Como es lógico esto me quedó zumbando en el oído. ¿Por qué no le decimos Sigue leyendo