¿Ayudó la visita de Obama a cambiar a Cuba? Por Iroel Sánchez


Algunos entusiastas, casual pero sistemáticamente contables entre los invitados de las embajadas occidentales en La Habana, han escrito en redes sociales que después de esta semana que comenzó con la llegada de Barack Obama a Cuba y terminó con el multitudinario concierto de The Rolling Stones en la Ciudad Deportiva de La Habana ya nada será igual en la Isla. Sigue leyendo

Es vertebral: no olvidamos, no perdonamos. Por Sara Rosenberg


Desde las últimas elecciones que dieron un mezquino triunfo a Macri, el pueblo argentino vive horas muy terribles. Es como si se hubieran desencadenado los conflictos profundos entre clases que de alguna manera estuvieron contenidos mientras se avanzaba en las reformas sociales y políticas del gobierno kirchnerista. Sigue leyendo

Yo también cultivo una rosa blanca. Por Daniel Chavarría


Sí, señor Obama, yo también cultivo una rosa blanca.

Por eso me permito recordarle una frase pronunciada por nuestro José Martí dentro de los EE. UU.: Para Cuba que sufre, la primera palabra. Sigue leyendo

Las verdades de Agamenón, o cómo Obama tuvo el valor de decir mentiras. Por Carlos Luque Zayas Bazán


El poeta español Antonio Machado, en Juan de Mairena propone a sus alumnos el examen y discusión de esta frase:

  • La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
  • Agamenón:»Conforme”.
  • Porquero: «No me convence».

La guerra declarada por Obama en su reciente visita a Cuba, la guerra cultural,  de los símbolos, los valores y las ideas, bajo el manto de una oratoria que se pretendió hipnotizante, su grotesco intento de superficial cubaneo, su sonrisa hollywoodense, su intento de apropiarse de una faceta sesgada del pensamiento martiano, etc., sus omisiones sobre el estado de los valores en su propio país, esos que dijo desear para Cuba, sus promesas de ayuda y redención, todo ello es el arsenal de la misma guerra pero en una nueva fase. Sigue leyendo

Fidel responde a Obama: «No necesitamos que el imperio nos regale nada»


Los reyes de España nos trajeron a los conquistadores y dueños, cuyas huellas quedaron en los hatos circulares de tierra asignados a los buscadores de oro en las arenas de los ríos, una forma abusiva y bochornosa de explotación cuyos vestigios se pueden divisar desde el aire en muchos lugares del país. Sigue leyendo