Semanas atrás publiqué una denuncia en este blog y en el diario Granma acerca del vandalismo contra el embellecimiento de paradas de óminbus en La Habana. (Ver «La Habana: Vándalos contra el 500«)
Satisface que esos lugares hayan recuperado su imagen, incorprando una advertencia contra el vandalismo y albergo la esperanza de que más allá de esas acciones puntuales se esté trabajando en algo que el artículo planteaba en un sentido menos coyuntural: