Macri, una mala persona. Por Ángel Guerra Cabrera


Mauricio Macri prometió acabar con el “cepo” cambiario kirchnerista y lo suprimió no más llegar a la presidencia. Pero ahora, aunque acotado, termina su mandato reinstaurándolo. Sin embargo, no para proteger las reservas internacionales y la economía popular, como era el caso con Cristina Fernández de Kirchner(KFK). Al contrario. El gobierno macrista ha llevado al país a una situación límite. Default o cesación de pagos, palabras malditas ahora traducidas eufemísticamente por los tecnócratas como “reperfilamiento” de la deuda y una devaluación acumulada del peso al cierre de agosto de 304 por ciento. Argentina, que estaba desendeudada y con inflación controlada en el gobierno de CFK ha pasado a ser uno de los países más endeudados del planeta, con las más altas tasas de interés, la segunda mayor inflación, el mayor riesgo país y una de las más acentuadas caídas del PIB. Todo ello significa una enorme pérdida en los ingresos de las mayorías, pobreza, cuando no indigencia de millones, hambre de niños y ancianos. Asombroso, multitud de personas con trabajo malcomen una o dos veces al día. A la vez, la desenfrenada especulación financiera, los privilegios fiscales y en el uso de divisas que conservan los capitales concentrados han propiciado un enriquecimiento obsceno de una pequeña elite local e internacional, comenzando por Macri y los miembros de su gabinete. No ha de extrañar que el objetivo del cepo cambiario macrista, a diferencia del de CFK, sea crear otro mecanismo para continuar facilitando la fuga de capitales, como lo denunció el miércoles 4 el periodista Horacio Verbitsky. Sigue leyendo