Como el mejor de los censores investigue a sus oponentes en dos o tres bases de datos académicas y si no aparecen allí, pues diga que no pueden participar en un debate. Usted ama el debate pero no puede rebajarse a tanto, por lo que si no aparecen allí no merecen ser escuchados y puede descalificarlos con las palabras que jamás aceptaría se dirigieran a usted. Sigue leyendo