Tenemos un gran problema en la Cuba de hoy: hemos olvidado, nos han hecho olvidar o no quieren que recordemos que todos, incluso en nuestra expresión más personal, somos actores políticos. Nos hemos acostumbrado a que la política es algo externo, lejano, inalcanzable, etéreo. No nos paramos a pensar que nuestras acciones cotidianas expresan una posición política y que la política no se hace en redes sociales o en salones de reuniones, no se escribe en documentos; la política se hace en la calle y la hacemos todos. Sigue leyendo