En un discurso pronunciado en 1967, al reflexionar sobre la dinámica que nos impone la necesidad de un desarrollo acelerado, Fidel Castro se caracterizaba a si mismo con esta expresión:
“…milito en el bando de los impacientes, y milito en el bando de los apurados, y de los que siempre presionan para que las cosas se hagan y de los que muchas veces tratan de hacer más de lo que se puede”.
Y es que una revolución es siempre un esfuerzo colosal por ensanchar el espacio de lo posible, y hacerlo rápido, muy rápido. Sigue leyendo