La ética de la Revolución cubana enraizada en la tradición martiana-fidelista ha demostrado a lo largo de su historia el respeto por la vida de sus adversarios y enemigos, y se ha convertido en un modelo de revolución suigéneris que muchas veces es incomprensible incluso para quienes simpatizan con ella. La modestia de la Revolución y de los revolucionarios cubanos es igual de radical que la que Jesús trató de enseñar a sus seguidores, “No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha”. Cuba nunca ha hecho alarde de sus logros sociales ni de las derrotas que le han infligido a su enemigo.
Este año 2021, quedará registrado en la historia de Cuba como uno de los años difíciles que tuvo que enfrentar la Revolución, fue un periodo en el que se juntaron dos condiciones principales, las cuales les hicieron creer a los enemigos de Cuba y también a muchos amigos, que había llegado la hora de la implosión del socialismo cubano: una, la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus, y la otra, el recrudecimiento del bloqueo económico con las 243 sanciones aprobadas por la administración de Donald Trump y, que Joe Biden las mantiene hasta hoy (Biden es el mejor trumpista que tiene el expresidente republicano). Sigue leyendo