Se discute mucho hoy en Cuba, especialmente sobre temas de la economía. Que si tal dificultad es coyuntural y transitoria, o refleja problemas estructurales del modelo económico; que si los cambios que hacemos son conservadores y lentos, o son temerarios y riesgosos; que si le estamos dando al sector no-estatal demasiadas prerrogativas o demasiado pocas; que si la inserción internacional de la economía es un riesgo o una oportunidad; que si debemos darle más atribuciones a la inversión extranjera, o más control; que si las empresas estatales deben ser más protegidas o menos; que si las desigualdades de ingreso son dinamizadoras y justas o son corrosivas de la unidad nacional; y un larguísimo etcétera de temas y disyuntivas. Sigue leyendo