Rolando Pérez Betancourt
Carismático, buen actor ––siempre y cuando el director de turno sea capaz de atajarle una tendencia natural a la sobreactuación––, Andy García soltó otra de sus andanadas contra Cuba, esta vez en el Festival de Cine de Guadalajara.
Una obsesión la suya que, por recalcitrante y claveteada en el tiempo, no tendría «la menor importancia» (como decían los personajes de Arturo de Córdova) si no fuera Sigue leyendo