José Steinleger
En medio de las tensas expectativas suscitadas en vísperas de los comicios presidenciales de México (donde no hay clima para que los candidatos punteros ganen o pierdan por la mínima diferencia), el golpe de Estado de Paraguay volvió a mostrar que las derechas tienen ideas muy raras acerca de los gobiernos democráticamente elegidos y que pacíficamente buscan cambios verdaderos.