Fina, mi Fina


Álvaro Castillo Granada
para Ginett, capicúa

Fina García Marruz junto a su esposo Cintio vitier

¿Cuándo empecé a escribir este texto? ¿Cuándo la leí por primera vez? ¿Cuándo la vi por primera vez? ¿En qué momento las palabras comenzaron a dar vueltas por mi mente buscando un ritmo, una sintonía, un tiempo? ¿Por qué hasta hoy me atrevo a contarlo contándomelo? Así es como escribo: me cuento una historia para que otros la vean. Miro para que otros miren y después, si se logra, se repita el gesto. La acción se multiplique. ¿Pero cuándo empecé a escribir este? ¿Sería acaso cuando Juan Felipe Robledo, mi amigo, me dijo hace muchísimos años que había encontrado una tarde, andando destruido por el centro, en una librería a la que yo lo había llevado, un libro de una poeta que sabía me iba a gustar? ¿O cuando en junio de 1996, Sigue leyendo