El ALBA reafirma su apoyo a Venezuela. Por Ángel Guerra Cabrera


Hoy se cumplen 15 años de la gran derrota del golpe de Estado del 11 de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez. Lo recuerdo como si fuera hoy pues apenas dormí hasta el 13 pegado a la tele y a la compu. Por primera vez en nuestra región era aplastado un golpe planeado por Estados Unidos ante el fulminante contraataque del pueblo y los militares patriotas. También habían sido derrotados el prolongado paro patronal de 2001 y, meses después del golpe, el paro petrolero de los gerentes y empleados de confianza, medidas de fuerza que ocasionaron pérdidas multimillonarias a la economía venezolana. Sigue leyendo

Ecuador: gran victoria de Alianza País. Por Ángel Guerra Cabrera


La derecha comenzó a gritar fraude el mismo día de la jornada electoral porque temía el tamaño de la derrota que le esperaba y, como es usual, le apuesta al expediente golpista. La derecha y los grupos oligárquicos e imperialistas que defiende, solo están a favor de la democracia mientras les es funcional a sus intereses. En el caso de Ecuador, sabe que con más de un millón de votos(raspando el 40 por ciento necesario para ganar en primera vuelta) y más de 11 puntos de diferencia que  le lleva el candidato Lenín Moreno, de Alianza País(AP) al abanderado del neoliberal CREO, el banquero multimillonario Guillermo Lasso, es imposible que pudiera imponerse. Fuera en primera; o en segunda ronda, como ya es un hecho. Sigue leyendo

Con Fidel, ayer, hoy y siempre(II). Por Ángel Guerra Cabrera


Nunca he olvidado lo que escuché al excelso bailaor y coreógrafo español Antonio Gades después de que el público habanero premiara su actuación en La casa de Bernarda Alba con una cerrada ovación: lo que más admiro de ustedes es su dignidad. Sigue leyendo

Con Fidel, ayer, hoy y siempre (I). Por Ángel Guerra Cabrera


El 90 aniversario de Fidel Castro ha estimulado un rico debate de ideas en el seno de las fuerzas populares y su intelectualidad en torno a su trayectoria, las inabarcables facetas de su vida y personalidad, sus cualidades de líder y estadista y su legado teórico y práctico. Sigue leyendo

Washington contra el Fidel guerrillero(I). Por Ángel Guerra Cabrera


El conocimiento de cuánto hizo Estados Unidos por impedir el triunfo de la Revolución Cubana es muy importante para la formación política de las nuevas generaciones de cubanos y latino-caribeños. Porque su tenaz apoyo a la dictadura de Fulgencio Batista y sus febriles maniobras para lograr la frustración de la guerra de liberación encabezada por Fidel Castro,  corroboran de modo inequívoco, el carácter profundamente antipopular y antidemocrático del sistema imperialista estadunidense y de su política exterior intervencionista. Sigue leyendo

Fidel, bolivariano y martiano(II). Por Ángel Guerra Cabrera


Primero el sabio escritor y político dominicano Juan Bosch nos dijo:  América latina ha dado tres genios políticos: “Toussaint Louverture, Simón Bolívar y Fidel Castro; y debo decir que es mucho dar… Humboldt había previsto parte de eso cuando… después de un recorrido por América, comentó que los dos lugares más politizados eran Caracas y La Habana, es decir Venezuela y Cuba”.

Louverture, ninguneado o disminuido en su grandeza por la cultura hegemónica, que nos ofrece a Bolívar como un soñador cuyas ideas son muy hermosas pero inalcanzables. Fidel, a quien ya casi nadie se atreve a negarle un sitial en la historia con mayúscula, pero la misma izquierda, que lo ha reconocido explícitamente como el gran estratega de la Revolución Cubana y guía de pueblos, con frecuencia no se da cuenta de lo obvio: su condición de relevante teórico de la revolución y de la reforma social en los países de América Latina y el Tercer Mundo.

Separo revolución de reforma deliberadamente porque en el pensamiento de Fidel la reforma puede conducir a la revolución social en su momento, mediante la solución de importantes tareas anticoloniales relativas a la independencia, la soberanía, la liberación nacional, el desarrollo y la unidad e integración regionales, imprescindibles en América Latina y el Caribe y, en muchos países en África y Asia, sin que forzosamente haya que plantearse de entrada el asalto del cielo.

El hecho de que Cuba atravesara sin solución de continuidad de impulsar aquellas tareas al socialismo, no significa que en todos los casos deba ser así. No debemos perder nunca de vista el objetivo socialista pero tampoco desaprovechar toda posibilidad de avanzar hacia la liberación nacional y la descolonización.

Fidel, por solo poner otro ejemplo trascendental y muy vigente, aportó a la teoría revolucionaria universal, como lo expone al hacer la definición de pueblo en La historia me absolverá(1953), luego complementada en la Segunda Declaración de la Habana(1962), la concepción de un sujeto muy diverso de la revolución y el cambio social de resonancias martianas. Reconoce las cualidades revolucionarias de los minoritarios destacamentos obreros de nuestra región, pero al mismo tiempo otorga un papel fundamental a las luchas de indígenas, negros y campesinos. Como a los intelectuales revolucionarios y su papel orientador.

 Ya no es solo el proletariado como lo concibieron Marx y Engels en la Europa del siglo XIX; se extiende a todas y todos los explotados y excluidos -incluyendo a los desempleados y, de modo enfático, a las mujeres-, así como a los militares patriotas, a sectores de las clases medias, que por razones patrióticas y morales pueden tornarse sujetos transformadores,    en una región donde la explotación capitalista no puede liquidarse sin suprimir casi simultánea, o sucesivamente, el humillante yugo imperialista. En La historia…  es donde por primera vez el líder cubano argumenta por qué Martí es el autor intelectual del ataque al Moncada.

Años después de la valoración sobre Fidel escrita por Juan Bosch, el gran latino-caribeño Hugo Chávez, auténtico Bolívar redivivo,  cuya misma trayectoria, junto a otros importantes acontecimientos en nuestra América, estaban contribuyendo ya de modo superlativo a demostrar la certeza de muy tempranos vaticinios del guía de la Revolución Cubana, recordaría: Fidel decía ­-terminando los 80- que una nueva oleada revolucionaria, de cambios, una nueva oleada de pueblos, se desataría en el continente cuando parecía -como algunos ilusos lo señalaban- que habíamos llegado al fin de la historia, que la historia estaba petrificada y que ya no habría más caminos ni alternativas…

Unos meses después de la desaparición física de quien había pronunciado esas palabras, Fidel expresaría en frase para la historia: “Hoy guardo un especial recuerdo del mejor amigo que tuve en mis años de político activo -quien muy humilde y pobre se fraguó en el Ejército Bolivariano de Venezuela-, Hugo Chávez Frías”.

Fidel y Chávez multiplicaron, mediante insólitos programas sociales y de unidad e integración, las energías revolucionarias, los recursos humanos y materiales de sus dos pueblos y del gran movimiento de masas contra el neoliberalismo gestado en nuestra América, que sigue presente. Pero de eso hablaré en la próxima y última entrega de este texto.

P.D.: Black lives matter; Washington cierra el cerco financiero contra Venezuela y el chavismo contraataca.

Fidel, bolivariano y martiano(I)

Twitter: @aguerraguerra