Sara Rosenberg
Veintinueve criminales posan para la foto. El gris plomo predomina
y en el riguroso orden monetario de la usura sonríen satisfechos.
Acaban de salir de un despacho decorado donde han firmado que habrá guerra
Veintinueve criminales posan para la foto. El gris plomo predomina
y en el riguroso orden monetario de la usura sonríen satisfechos.
Acaban de salir de un despacho decorado donde han firmado que habrá guerra
La solemne declaración de guerra del presidente de Estados Unidos Barak Obama contra el llamado Estado Islámico(EI), además de patética, es una evidencia cristalina del cinismo cada vez mayor de la elite política de “Occidente”. El comandante en jefe de la primera potencia militar del planeta y premio Nobel de la Paz declara la guerra a otra pandilla de asesinos gestados por ella misma, como en su momento hizo Bush contra Al Qaeda y Osama Bin Laden. Sus palabras, por cierto, recordaban mucho las de su antecesor.