Iroel Sánchez
En días pasados visité una entidad de nuestro país para realizar una actividad académica. Mis anfitriones se sintieron en la obligación de tener un gesto conmigo y me obsequiaron un almanaque, no de su insitución, sino de una empresa dedicada a la producción de comida chatarra. La institución que me acogía cumple una función importantísima, diría que vital, para Cuba y para ello dispone de abundantes recursos, pero no posee ningún medio que promueva su identidad, mientras los fabricantes de productos que dañan la salud tienen una poderosa estrategia publicitaria Sigue leyendo