Otra vez sobre “el fin del ciclo progresista” (con una tesis sobre el Papa Francisco). Por Ángel Guerra Cabrera


La reunión en tierras cubanas entre el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos y el comandante Timoleón Jiménez, jefe de las FARC es la mejor prueba de que “el cambio de época”, como lo llama Rafael Correa, no se ha agotado y continúa vivo en América Latina y el Caribe(ALC) pues el impulso que ha dado este encuentro al proceso de paz coadyuva como pocas cosas al rumbo nuestroamericano.

Igualmente lo es la iniciativa del propio presidente ecuatoriano y de su par uruguayo Tabaré Vázquez, de convocar a sus homólogos Santos y Maduro para acordar y acompañar medidas que conduzcan a la solución del conflicto en la frontera colombo-venezolana, las que ya se están implementando con el regreso de los embajadores de Venezuela y Colombia a Bogotá y Caracas y la reunión ministerial binacional celebrada el miércoles 23. Al promover este proceso, Correa y Vázquez, actúan como presidentes pro témpore de la CELAC y la UNASUR respectivamente, organismos que ni siquiera existían antes del giro iniciado en la región con la llegada de Hugo Chávez(1999) y, posteriormente otros líderes,  al gobierno de sus países, en la cresta de la gran ola de luchas populares latino-caribeñas contra el neoliberalismo.

La OEA, símbolo e instrumento de la época anterior en que predominaba el monroísmo, carece de autoridad y de la confianza de los gobiernos, necesaria para iniciar procesos de esa envergadura, y ha quedado como un relicto del servilismo ante Washington.

La inédita elección de un pontífice latinoamericano cercano a los anhelos de los pueblos de nuestra América como es el Papa Francisco y su fructífera visita a Cuba, no puede desligarse de los profundos cambios ocurridos en ALC desde 1999. Ese es el contexto histórico de la censura del jefe de la iglesia Católica al sistema actual de explotación, ligada a su concepción integral sobre la defensa de la naturaleza y los seres vivos de la extinción con que los amenaza el culto al dios dinero, el consumismo y el derroche. También el apoyo resuelto que ha reiterado a la negociación de la paz en Colombia, que desde 2012 se lleva a cabo en La Habana y su decidida intercesión en el logro y desarrollo de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. Hechos que abonan a la declaración de América Latina y el Caribe como zona de paz, proclamada en la Cumbre de la Celac también celebrada en la capital de Cuba.

Sintetizo ideas de algunos de los ya numerosos autores que han rechazado el vaticinio falaz del “fin del ciclo progresista”(FCP). Emir Sader nos dice que la misma ultraizquierda que calificaba a los gobiernos de Chávez, Lula, los Kirchner, del Frente Amplio de Uruguay, de Evo y Correa, como continuadores de los gobiernos conservadores anteriores, ahora “descubre” afligida el FCP. Razona que lo que llegó a su fin en esos países fue el ciclo neoliberal, aunque tengan que enfrentarse a dificultades relacionadas con la crisis del capitalismo y, puntualiza, además, otras que, como la reprimarización o la desindustrialización, son herencia directa de las políticas neoliberales; o incluso, la hegemonía que conservan el capital especulativo y el neoliberalismo en la economía capitalista mundial. Sader solo ve dos alternativas posibles en las sociedades “posneoliberales”: o un regreso al neoliberalismo o avanzar hacia una sociedad poscapitalista. Añade otras dificultades que algunos de esos gobiernos no han sabido superar hasta ahora como el peso de los monopolios privados de los medios de comunicación, el rol del dinero en las campañas electorales y el estilo de vida y de consumo norteamericanos. Afirma que lo que finaliza es una primera etapa del ciclo “posneoliberal” y sugiere tareas de la próxima etapa. Aparte de aliarse con la derecha –dice-, la ultraizquierda no tiene realizaciones ni proyecto.

Por su parte, Aran Aaronian califica de “diagnosticadores de la capitulación” a los heraldos del FCP y plantea que desde la derecha y sectores de la izquierda pretenden imponer esta idea en el imaginario colectivo aprovechando los obstáculos que tanto él, como Sader, el autor de esta líneas y otros hemos enumerado en trabajos recientes. La derecha –añade-, que algunos pensaron derrotada y otros dormida, comenzó a construir un discurso que intenta deslegitimar la década ganada para las mayorías sociales y populares, con la construcción de nuevas democracias –cada país con su modelo propio–, muchísimo más equitativas, justas, donde el ciudadano pasó a ser sujeto de políticas y no mero objeto de las mismas.  Señala que en varios sectores de la llamada izquierda se viene construyendo la tesis del fin del ciclo que tiende a complementar el discurso de la derecha contra los gobiernos de izquierda, progresistas y nacional-populares.

Alfredo Serrano Mancilla afirma que lo que se atisba es el intento desesperado de algunos sectores de acabar con aquello que se iniciara con el siglo XXI a lo largo y ancho de la región. Añade que con gran voluntad, estos actores se empeñan en ir reduciendo paulatinamente el universo de las esperanzas e ilusiones fraguadas precisamente en este cambio de época. La estrategia(de la derecha y el imperialismo) –afirma- no está en discutir hacia atrás. Lo hecho, hecho está, y por mucho que no les guste es incuestionable el resultado objetivo y subjetivo a favor de las mayorías. Más bien, de lo que se trata es de acabar con la idea de que todavía resta mucho por lograr, por mejorar. Alrededor de este propósito, reside hoy en día el verdadero tira y afloja de la geopolítica latinoamericana. La nueva derecha regional, aquella que ya es mayor de edad, ha aprendido que no se puede ganar con titulares de prensa alejados de la realidad que vive actualmente la mayoría latinoamericana, mucho más incluida, con más derechos sociales, con niveles de consumo más democratizados.

Katu Arkonada propone 7 tesis para abordar lo que Sader  y Serrano consideran nueva etapa de los procesos de cambio:  1) la crisis del capitalismo ha venido para quedarse y es necesario avanzar hacia un nuevo modelo productivo que abata la pobreza,  sea amable con la madre naturaleza  y se esfuerce por alcanzar  una nueva matriz energética, dejando progresivamente atrás el extractivismo; 2) el mundo multipolar ya está aquí y es necesario reforzar nuestra participación en él; 3) es una necesidad imperiosa profundizar la integración latino-caribeña y 4)  desactivar los instrumentos para su desintegración; 5) enfrentar la derecha recargada o “nueva derecha” y elaborar un proyecto político que seduzca de los jóvenes; 6) ante la necesidad transitoria de liderazgos brillantes e históricos, es indispensable  formar cuadros nuevos que nutrirán las direcciones eminentemente colectivas del futuro; 7) hay que ganar las batallas electorales como condición de la irreversibilidad de los procesos de cambio y ello requiere de estilos de trabajo y métodos novedosos de educación popular.

Recientes trabajos de Roger Landa y el intelectual quechua Itzamná Ollantay, también refutan a los agoreros del FCP. Volveré sobre el tema. Creo que, entre otros conceptos, es necesario esclarecer con más precisión el significado, el alcance y la manera de encarar los flujos y los reflujos en los procesos sociales.

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11 pensamientos en “Otra vez sobre “el fin del ciclo progresista” (con una tesis sobre el Papa Francisco). Por Ángel Guerra Cabrera

  1. Este artículo creo que flaquea en más de un aspecto. Creo que se basa en un «voluntarismo» que defiende lo que considera un mejor futuro, pero a fuerza de ignorar elementos que serán determinantes. Es el precio de dejar de pensar como materialistas,.
    La crisis capitalista, que llegó para quedarse, consiste, básicamente, en la oposición entre el poderío de las fuerzas productivas desarrolladas, y la organización de la sociedad capitalista, basada en la relación entre empresarios y asalariados. Está a la vista: no hay empleo formal para todos. El progresismo no puede ser ajeno a esta crisis, ya que la economía mundial funciona como un todo.
    La guerra mundial económica (un aspecto de la guerra mundial que va madurando) va asestando golpes a las economías emergentes, siendo la caída del precio del petróleo uno de ellos, y las sanciones aplicadas a Rusia, otro ejemplo.
    Esto es un elemento disgregador de la unidad Latinoamericana y del Caribe. La unidad en la diversidad es una tenue explicación de cómo podrían convivir los aliados de los EEUU con Venezuela, Ecuador y Bolivia. Colombia y Guyana atacan a Venezuela por cuenta de sus amos. Brasil y Argentina, aunque han desarrollado políticas inclusivas, no han modificado las estructuras sociales, y el futuro no puede depender de sus triunfos electorales, que son volátiles.
    Como en una partida de ajedrez, el triunfo político de la Revolución Cubana respecto de las políticas de los EEUU, hay que estar atentos al cambio de manos de la iniciativa. La Casa Blanca, con la colaboración del Vaticano, son los que están golpeando ahora a la organización socialista de Cuba. Todos esperamos que los revolucionarios cubanos triunfen en la disputa que se originará en el surgimiento de nuevos grupos (¿clases?) sociales.
    El FCP, de ocurrir, no dependerá de los agoreros, de cualquier signo que sean. Si las economías de la región se desarrollan, si hay una equidad creciente, y un reconocimiento cada vez más amplio de los derechos sociales, no tienen forma de desmoralizar a nadie, ni a empujarlo a votar en contra de sus intereses.
    A veces, suena como una futura coartada para explicar los límites del ciclo progresista ¿Acaso no se necesitan definiciones más claras acerca de la organización de las diferentes áreas de las economías, nacionales y de bloques, en nuestra región? ¿No se reconoce que el choque de los bloques capitalistas de los EEUU y la UE, y los liderados por Rusia y China, hace necesaria una política regional independiente? Yo creo que hay que preservar la Unasur y la Celac, pero debería organizarse una Internacional Socialista, más precisa respecto de las estrategias a seguir, integrada por quienes se pronuncian por el socialismo explícitamente, como Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador, y que integre a los movimientos sociales afines de todos los países de la región.
    Un saludo

  2. Gustavo, creo que pecás de cierta soberbia intelectual con lo que se ha «abandonado el materialismo». En una de esas es que se ha empezado a serlo, y lo que se ha abandonado son «esquemas ladrillezcos». Como en todos los procesos nuevos, las linealidades caben en la cabeza pero cuajan poco con los movimientos. Lo que en buen criollo significa que podemos coincidir en que hay elementos que faltan, definiciones que nos gustarían y acciones más directas. Pero me parece que están contempladas en el artículo: mayor eficacia frente a los medios concentrados, mayor y mejores controles al poder económico, etc. Y sobre todo -agregaría, porque es lo que a mi juicio le falta al artículo- mayor y más eficaz organización popular, que es con lo que se defienden y garantizan los avances, porque es con lo que procesa la conciencia de la gente. El resto, es ladrillo. Chau

  3. Más vale que no llegue ese FCP, porque el imperialismo y los burgueses de los países del área retornarán con más fuerza. Otra vez sale a flote el peso de los pueblos. Todo depende de ellos. En Venezuela quitaron a Chávez y el pueblo dijo «no» y lo repuso. En todos esos países será a golpe de votos y neutralizar mientras toda la propaganda, acciones violentas, conspiraciones, traiciones, etc. Saludos

  4. Gustavo. He leído varias veces de su tesis acerca de la «conspiración» del Vaticano y el Papa con EEUU contra Cuba, lo que no descarto. También dudo que el gobierno cubano, que sabe de la pata que cogean los americanos, no lo tenga presente. Yo espero que el bloqueo yanqui se acabe (con el empujoncito del Vaticano/Papa) y sólo entonces podamos, en Cuba, comenzar a crecer económicamente a mayor ritmo con el claro beneficio para todos. La juventud manda y en ella se resume la clave para evitar que los EEUU «nos traguen» con su poderío en todos los órdenes. Esa es mi mayor preocupación. Un saludo

  5. Carlos, no soy soberbio. Pero, mi forma de expresarme es incorregible. No puedo hacerlo de otro modo, sin caer en falsedad.
    Tal vez, tenga la cabeza llena de ladrillos, y no entienda bien los movimientos que ocurren.
    Hace décadas que se reconoce que los grandes grupos económicos (en permanente concentración) han superado las capacidades regulatorias de los Estados Nacionales. Han borrado las fronteras.¿Más eficacia frente a medios concentrados? ¿Controles al poder económico? ¿Cómo sucede en Venezuela con la Exxon Móbil? ¿O, cómo un referendum griego controló a la Troica?
    Yo seguiré abrazado a mi ladrillo: sólo un Estado socialista, revolucionario, puede fijar soberanamente sus políticas, siempre y cuando, como vos decís, se apoye en una organización social fuerte.
    Chau

  6. Joseito: Muy de acuerdo con el deseo de acabar ya con el bloqueo, y si el Papa jugara un papel positivo en ello, bienvenido sea. Pero, a cambio de apoyar el cambio de táctica de Obama, la Iglesia pretenderá un «pago» de los cubanos. Y, creo que ya está explicitado. Quiere tener injerencia en la educación de los niños, e imponer sus dogmas acerca del aborto, impedir que los LGBTI puedan construir una familia en pié de igualdad con los heterosexuales, y poder organizar libremente a sus grupos en la «sociedad civil», para que empujen por la restauración del capitalismo en Cuba. Disputará por la consciencia de los jóvenes, y será parte de la nueva táctica para «tragárselos».
    Si yo fuese sapo, no cruzaría el río llevando, gentilmente, a un alacrán en mi lomo. Al igual que con el imperialismo, no se puede confiar en ella «ni un tantico así».
    Los argentinos pagamos muy cara la conducta de la Iglesia en los golpes del ’55 (La Revolución Fusiladora), y en el ’76, cuando en pleno golpe de Estado, monseñor Bonamín, vicario castrense, llamó a curar a nuestra «sociedad pecadora por la redención de la sangre» (creo que es textual)
    Saludos para usted.

  7. Gustavo: no cuestiono las formas de expresarse, hablo de los «propietarios» de la ideología.

  8. ¿Alguna vez consideraste «propietarios» de las ideologías a los líderes religiosos, que pontifican acerca de cada aspecto de nuestras vidas? ¿O, a los Obama, Merkel, Hollande, Cameron, Netanyahu, etc., y a sus acólitos? ¿O, esa designación se reserva sólo para los ladrllezcos marxistas?

  9. Iroel: Tu pedido lo he escuchado con atención. Pido disculpas si di la impresión de considerar enemigo a Carlos Bishop. Lo que no me gusta es tener que disfrazar, o endulcorar, o suavizar, mis opiniones, o tener que resignarme a ser sospechoso de esquemático, y de recurrir a «ladrillos» para dar forma a mis ideas. Y, no creo que ser «propietario» de una ideología pueda ser un atributo individual, sino que parece, más bien, un encasillamiento dentro de un grupo, que no sé cual será …
    De todas maneras, agradezco tu advertencia respecto del tono en el que escribo. No hay mala intención, pero es un defecto que me cuesta manejar. Un saludo.

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