Iroel Sánchez
Día de los niños en Longa, Sur de Angola. Julio de 1988.
Un texto del amigo Pedro Prada en Cubadebate me ha traído algunos recuerdos.
Conocí a Prada en Angola, cuando como corresponsal de guerra visitó nuestro 63 Grupo Táctico ubicado en Longa, una aldea en mitad de la carretera que unía Menongue con Cuito Cuanavale, e hizo un original reportaje para la revista Verde olivo.
El tema de aquel trabajo de Prada era la impronta con que el Coronel Suárez, veterano guerrillero y tanquista que iba por su tercera misión en Angola, había marcado nuestra unidad. Pero Suárez, con su «Lunajod» (un cañón antiaéreo de 57 mm montado sobre un camión Gaz cubierto de planchas de acero), su ingenio campesino y su experiencia guerrera merecen otro post.
El reciente artículo de Prada en Cubadebate trata sobre los juguetes en Cuba y responde a comentarios de los foristas allí sobre un texto de Luis Toledo Sande que aborda el anuncio en la prensa internacional del supuesto traslado a nuestro país de un museo de muñecas Barbie.
Por los extraños vericuetos de la memoria, Prada y sus recuerdos me hicieron hurgar en viejas imágenes algo distantes de las realidades que abordan su artículo y el de Toledo.
Se trata de una foto del día en que entregamos a los niños de Longa los juguetes que habíamos hecho para ellos con latas de conserva vacías, puntillas y pedazos de madera pertenecientes a cajas de proyectiles. En el extremo derecho de la foto se puede apreciar un pequeño camión cisterna construido con esos recursos, en las manos de uno de nuestros combatientes antes de entregarlo a los niños.
Era el Día de los niños en Cuba y decidimos celebrarlo junto a aquellos muchachos que sufrían la guerra impuesta contra su país por el régimen del Apartheid y cuyo único «juguete» hasta entonces era el cascarón de un helicópero derribado en las inmediaciones de la aldea.
En el «juguete» de Longa.
Día de los niños en Longa, Sur de Angola. Julio de 1988.
La pupila insomne 
Tierno y conmovedor artículo de Iroel. Aquella sí fue una guerra humanitaria. En lugar de niños soldado, niños jugando y, en lugar de cascos azules violando mujeres, transmitiendo el cólera al agua doméstica o vigilando los intereses de los privilegiados (como ocurrió en Haití, con más de 700.000 infectados), soldados cubanos luchando contra el apartheid y, en los ratos libres, fabricando juguetes para que aquellos pudieran tener infancia.
Me gusto tu articulo , aunque conmovedor pero tiene su linda magia y la inocencia de los niños , abrazos Iroel …
De acuerdo con los comentarios anteriores. Se dicen muchas cosas en este pequeño artículo, que sin duda hay que leer.
Un saludo.
Reblogueó esto en Pues eso…¡Que vuelva la URSS!.
Iroel, me recordaste una expo en el Castillo de la Fuerza, donde el artista plàstico Josè Bedia, hoy radicado en Estados Unidos, recreò varios de eso juguetes que èl mismo, a su paso como combatiente en Angola, habìa elaborado colectivamente allà. Era un mensaje fuerte, hermoso, conmovedor. Al cabo de tantos años tu artìculo desata iguales emociones. No olvides, creo que debes asumirlo como un compromiso, el artìculo sobre Suàrez, porque esa es nuestra historia y nuestra memoria. A ella nos debemos, y es muy reconfortante, para los que lejos de la Isla ponemos hoy amante granito de arena, leer tus textos y saber de esos testimonios. Un abrazo hermano desde Caracas, en vìsperas de doble homenaje: Hugo Rafael Chàvez y nuestra Haydee Santamarìa.
Muy sensible tu artículo Iroel, me recordaste ese día, el cuál siempre recuerdo y lo comento con mis amistades, ya que estuve presente ese día, en mi caso compartía el refugio contigo y otros combatientes. Ver con cuanto amor y alegría esos niños recibieron los presentes ideados por nuestros compañeros, demostrando que siempre se puede más. Falta escribir sobre el coronel Suárez, toda una leyenda. Un abrazo. Ermes
Claro que me acuerdo de ti, Ermes. Creo habías estudiado en la URSS.
Me alegra mucho saber de ti y encontrarte por acá.
Un fuerte abrazo.
Exactamente, el flaco de Moa, atendía la actividad de Personal. Un fuerte abrazo igual de mi parte.