José Manzaneda
La nueva Ley Migratoria de Cuba elimina trámites y facilita la salida del país. Pero la ciudadanía cubana, en su inmensa mayoría, sigue topándose con el mismo problema central a la hora de viajar: la sistemática negativa de visado de entrada a los países de destino (1).
Hay, sin embargo, una pequeña minoría que no tiene este problema: es la llamada “disidencia” cubana, que tiene asegurada su visa y costeados sus gastos de viaje por los poderosos gobiernos que la sostienen. Este pequeño colectivo Sigue leyendo