Fidel y el incendio en la Amazonía. Por Ángel Guerra Cabrera


El discurso de Fidel Castro en la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro, 1992) cuando enumeró las causas y vaticinó los desastres que produciría la grave alteración del clima, ha surcado los últimos días las redes digitales. Consternados ante la Amazonía pasto de las llamas, en grave riesgo de desaparecer, y del neofascista presidente Bolsonaro, negado a mover un dedo para contrarrestarlo, muchos en busca del origen de la catástrofe han descubierto ahora con asombro la certeza conque Fidel predijo el colapso climático y las acciones que debían emprenderse con el fin de evitarlo. Para miles el descubrimiento es doble pues no tienen idea del Fidel de vasta cultura, filósofo, líder y teórico de una de las más grandes revoluciones de la historia. Mientras, la imagen que han recibido del Fidel ser humano, es igual de perversa que la del líder revolucionario: injuriosa, mendaz y cargada de odio que, durante décadas, ha difundido y difunde con insistencia el aparato de guerra cultural de Estados Unidos. Se trata de una acción de todos los medios de comunicación hegemónicos del planeta, sistemas escolares, grandes editoriales, universidades y púlpitos espurios de “Occidente”, para arrebatar a los pueblos sus mejores y más nobles símbolos: grandes hombres y mujeres sensibles y solidarios con sus semejantes, entregados al estudio y búsqueda de soluciones a los más complejos problemas sociales, económicos y políticos y a liderar la lucha por la liberación del género humano.

Volviendo a los fuegos en la Amazonía brasileña, hay dos cuestiones evidentes. Primera, la deforestación y los incendios asociados forman parte de la extracción de recursos naturales y destrucción de la naturaleza típicos del capitalismo, incrementados en la actual etapa neoliberal de capitalismo por desposesión, muy extendidos y acentuados en las áreas del mundo ricas en recursos naturales y hogar de pueblos originarios. Brasil, con más de 3 millones de kilómetros cuadrados de selva tropical, alberga 60 por ciento de la Amazonía, que se extiende a otros siete estados suramericanos y aporta 20 por ciento del oxígeno de la Tierra. La deforestación y los incendios disminuyeron considerablemente en los gobiernos de Lula y Dilma, cuando se reforzaron las políticas e instituciones científicas de prevención y conservación y las leyes y regulaciones sobre la selva, incluyendo un gran avance en la titulación de tierras al millón de personas pertenecientes a los innumerables pueblos originarios, campesinos y afrodescendientes que viven y hacen posible en gran medida, con sus prácticas ancestrales, la conservación de la selva.

Segunda cuestión, Bolsonaro es el máximo responsable del incremento de los incendios. Ya desde su campaña electoral,  inició una campaña de descalificación de las instituciones, leyes, regulaciones y multas dedicadas a la protección de la selva amazónica. Llamaba, y lo ha seguido haciendo después de llegar a la presidencia a invadir y depredar las tierras que ocupan los mencionados pueblos, desforestándolas y quemándolas para extender la frontera agrícola, dedicada sobre todo a la ganadería. Otro de sus escándalos, nombró ministro de medioambiente a una persona ajena a la comunidad ecologista brasileña, el que ha secundado sus criminales llamados a dedicar la selva a los negocios. Disminuyó a la mitad los presupuestos para prevención y extinción de incendios, despidió al director del Instituto de Investigaciones Espaciales por realizar un informe que mostraba la rápida difusión de los incendios y cuando estos se hicieron inocultables culpó de ellos a las organizaciones ambientalistas, que en la mayoría de los casos realizan un encomiable esfuerzo para proteger la selva y los pueblos que en ella residen. Los incendios de esta temporada y desde que comenzó el año, superan ya los de todos los años desde que en 2013 comenzaron a llevarse registros y en 83 por ciento los de igual período del año pasado; 72 mil 800 focos de incendio de enero a la fecha. En julio de este año hubo un aumento de la deforestación de 278 por ciento comparado con el mismo mes del año anterior. Presionado por protestas populares en muchas ciudades de Brasil y de otros países, amenazado de que la Unión Europea suspendiera cautelarmente el tratado de libre comercio con el MERCOSUR y regañado en el G7, fue 21 días después de desatarse la crisis que el neofascista movilizó miles de soldados y a dos grandes aviones cisterna, que habían permanecido en tierra desde que se desataron los incendios.

En contraste, Evo Morales, ha respondido con efectividad y celeridad a los incendios en la Chiquitanía, el bosque seco mejor conservado de Suramérica, poniéndose al frente del combate y trabajando con sus propias manos junto a una brigada, que forma parte de los 4 mil voluntarios y más de 3 mil militares movilizados por el presidente. Los focos de incendio se han reducido de 11 mil 468 a mil 362 y continúan disminuyendo. El 7 por ciento del fuego se encuentra fuera de áreas protegidas y no existe amenaza contra ellas. Hay cinco aeronaves luchando contra las llamas, entre ellas el Supertanker contratado, que ha sido decisivo en las zonas más críticas.

En 1992 dijo Fidel: @No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Desparezca el hambre y no el hombre.@

Twitter: @aguerraguerra

 

15 pensamientos en “Fidel y el incendio en la Amazonía. Por Ángel Guerra Cabrera

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  3. Fidel Castro acertó en el diagnóstico del problema pero se quedó corto a la hora de proponer soluciones. Los incendios en la Amazonía (al igual que los que acontecen en los espacios selváticos de Africa o del Sudeste de Asia) son el resultado de un estilo de vida y hábitos de consumo ligados a un sistema económico profundamente depredador e irracional que necesita crecer exponencialmente para no sucumbir. Por el simple hecho de que » D’ » ( los resultados económicos de cada ejercicio) debe ser inexorablemente mayor que » D » (el dinero invertido en medios de producción) en la famosa fórmula D-M-D’ de la célula maligna capitalista, estamos condenados al crecimiento insostenible y a la autodestrucción, y el hecho de que los desastres estén ocurriendo en los espacios más marginales e inaccesibles del planeta demuestra que estamos tocando fondo y que sólo el altísimo poder destructivo del armamento nuclear puede explicar que no estemos inmersos todavía en una nueva guerra sistémica de dimensiones planetarias.

    No cabe la menor duda de que los hábitos de consumo del primer mundo son parte fundamental del problema pero nos equivocaríamos profundamente si no los analizáramos dentro del modelo integral de explotación del ser humano, que no se limita a las relaciones de producción sino que abarca también las de consumo irracional, despilfarrador y en ocasiones claramente autodestructivo (como todo lo que tiene que ver con el consumo en sectores como la enfermedad y la inseguridad, donde el consumo es claramente patológico para que las grandes corporaciones maximicen beneficios). Se equivocan muchas personas en el Tercer Mundo al enjuiciar el consumismo del primer mundo como el resultado de una mentalidad egoísta y autocomplaciente. El estilo de vida de los grandes consumidores en áreas económicas como la salud es tan alienante y degradante como la explotación de un trabajador precario en una cadena de montaje. Incluso el estilo de vida de quienes residen a muchos kilómetros de su centro de trabajo y tienen que invertir todos los días varias horas de recorrido en su coche particular debe ser visto igualmente como alienante y degradante.

    Pero donde Fidel no ha estado a la altura del momento histórico que vivimos, a pesar de su enorme brillantez y compromiso intelectual, es en la exclusión de las relaciones de reproducción como parte fundamental del problema que estamos padeciendo y donde el Tercer Mundo también es culpable, aunque, si hemos de ser justos, como resultado en gran medida de la cultura occidental. Los incendios que destruyen la Amazonía son claramente intencionados y tienen como causa fundamental el deseo de reconvertir espacios vírgenes en áreas de cultivo y pastizales para la producción de carne y otros derivados de la industria ganadera. Ni que decir tiene que la decisión de destruir tan importante reserva de la biosfera se «justifica» en una creciente demanda de alimentos, que en parte es debido a un mayor poder adquisitivo de la población planetaria (como la china, principal cliente del agronegocio brasileño) pero también del galopante, irracional y autodestructivo (sobre todo de los intereses de las clases humildes, convertidas en una cada día más degradada mercancía de usar y tirar) crecimiento demográfico.

    Sólo desde un punto de vista religioso puede tener sentido la barbarie asociada a una procreación irresponsable, que sirve en bandeja de plata a la clase privilegiada la fuerza de trabajo humana, condena a la infelicidad y muerte prematura a la mayor parte de los individuos de nuestra especie y da alas al capitalismo en su devastadora empresa de apropiarse de todos los recursos y convertirlos en polvo cósmico al servicio de la entropía. Traer seres humanos al mundo sin las debidas garantías para ellos bajo ningún concepto debe interpretarse como una acción altruista, salvo que reconozcamos a los miembros de la clase privilegiada como nuestros legítimos amos o creamos en algo tan peregrino como que estamos dotados de alma y que esta tiene la cualidad de ser inmortal. Quien sea capaz de creer que este mundo lo hizo un ser a imagen y semejanza nuestra que primero se creó a sí mismo de la nada, está preparado mentalmente para creer cualquier cosa, por inverosímil que resulte.

    Si de verdad aspiramos a ser revolucionarios y a acabar con los graves problemas que aquejan a la humanidad desde la noche de los tiempos, que han convertido a una amplia mayoría del género humano en una mercancía de usar y tirar (malogrando sus expectativas de vida) y destruido progresivamente el medio ambiente, tomemos conciencia del poder transformador de las relaciones de reproducción negándonos a procrear mientras no existan las debidas garantías para los nasciturus y procreando de forma sostenible en cualquier caso, lo que nos obligará a mantener una tasa de fertilidad inferior a 2 para que el necesario decrecimiento que este planeta necesita en el uso de los recursos no sólo no vaya en detrimento de ningún miembro de nuestra especie sino que vaya acompañado de la mejora en las condiciones de vida de miles de millones de seres humanos.

    Lograr este objetivo de una creciente calidad y nivel de vida para todo el género humano desde un modelo decrecentista sólo será posible si descendemos en mayor medida la tasa de fertilidad de las mujeres y familias, que hoy son el mayor cáncer del Tercer Mundo, por encima de las relaciones de dependencia con el Primer Mundo. Con la regulación de los nacimientos y las plenas garantías para los nasciturus no sólo lograríamos el mayor avance de nuestra especie en todo su proceso evolutivo sino que la riqueza en todas sus formas ya no podría estar al servicio de la ludopatía de una minoría privilegiada sino de los intereses y necesidades de todos los seres humanos en armonía con el planeta y el crecimiento ya no sería una necesidad del modelo económico sino parte esencial de un proceso adictivo de juego patológico que es preciso erradicar a la mayor brevedad. Todavía estamos a tiempo del gran cambio cultural que necesita nuestra especie para poder protagonizar el gran proceso revolucionario que nuestra especie y el planeta necesitan con urgencia.

  4. Fidel nunca se ha quedado corto en sus análisis de la relación medio de producción capitalista y medio ambiente, y reconocía que las relaciones de producción capitalistas eran en gran medida responsables de la catástrofe ecológica. Le dejo a continuación la siguiente Reflexión de Fidel que trata este problema:

    Reflexiones del Comandante en Jefe
    http://www.granma.cu/granmad/secciones/reflexiones/esp-001.html

    Condenados a muerte prematura por hambre y sed más de 3 mil millones de personas en el mundo

    No se trata de una cifra exagerada; es más bien cautelosa. En eso he meditado bastante después de la reunión del presidente Bush con los fabricantes norteamericanos de automóviles.

    La idea siniestra de convertir los alimentos en combustible quedó definitivamente establecida como línea económica de la política exterior de Estados Unidos el pasado lunes 26 de marzo.

    Un cable de la AP, agencia de información norteamericana que llega a todos los rincones del mundo, dice textualmente:

    «WASHINGTON, 26 de marzo (AP). El presidente George W. Bush elogió el lunes los beneficios de los automóviles que funcionan con etanol y biodiesel, durante una reunión con fabricantes de vehículos, en la que buscó dar impulso a sus planes de combustibles alternativos.

    «Bush dijo que un compromiso de los líderes de la industria automotriz nacional para duplicar su producción de vehículos a combustible alternativo ayudaría a que los automovilistas abandonen los motores que funcionan con gasolina y reduzcan la dependencia del país respecto del petróleo de importación.

    «‘Este es un gran avance tecnológico para el país’, dijo Bush tras inspeccionar tres vehículos a combustible alternativo. Si la nación quiere reducir el consumo de gasolina, el consumidor debe estar en posibilidad de tomar una decisión racional.

    «El Presidente instó al Congreso a avanzar rápido en una legislación que el gobierno propuso recientemente para ordenar el uso de 132 000 millones de litros (35 000 millones de galones) de combustibles alternativos para el 2017 y para imponer estándares más exigentes de ahorro de combustible en los automóviles.

    «Bush se reunió con el presidente de consejo y director general de General Motors Corp, Rich Wagoner; el director general de Ford Motor Co., Alan Mulally y el director general del grupo Chrysler de Daimler Chrysler AG, Tom LaSorda.

    «Los participantes en el encuentro discutieron medidas para apoyar la producción de vehículos a combustible alternativo, intentos para desarrollar el etanol a partir de fuentes como el césped o el serrín, y una propuesta para reducir en un 20% el consumo de gasolina en 10 años.

    «Las discusiones se realizaron en un momento en que han subido los precios de la gasolina. El estudio más reciente de la organización Lundberg Survey señaló que el precio promedio nacional de la gasolina ha subido 6 centavos por galón (3,78 litros) en las últimas dos semanas, a 2,61 dólares.»

    Pienso que reducir y además reciclar todos los motores que consumen electricidad y combustible es una necesidad elemental y urgente de toda la humanidad. La tragedia no consiste en reducir esos gastos de energía, sino en la idea de convertir los alimentos en combustible.

    Hoy se conoce con toda precisión que una tonelada de maíz sólo puede producir 413 litros de etanol como promedio, de acuerdo con densidades, lo que equivale a 109 galones.

    El precio promedio del maíz en los puertos de Estados Unidos se eleva a 167 dólares la tonelada. Se requieren por tanto 320 millones de toneladas de maíz para producir 35 000 millones de galones de etanol.

    Según datos de la FAO, la cosecha de maíz de Estados Unidos en el año 2005 se elevó a 280,2 millones de toneladas.

    Aunque el Presidente hable de producir combustible a partir de césped o virutas de madera, cualquiera comprende que son frases carentes en absoluto de realismo. Entiéndase bien: ¡35 000 millones de galones significan un 35 seguido de nueve ceros!

    Vendrán después bellos ejemplos de lo que en la productividad por hombre y por hectárea alcanzan los experimentados y bien organizados agricultores de Estados Unidos: el maíz convertido en etanol; los residuos de ese maíz convertidos en alimento animal con 26% de proteína; el excremento del ganado utilizado como materia prima para la producción de gas. Desde luego, esto es después de cuantiosas inversiones al alcance sólo de las empresas más poderosas, en las que todo se tiene que mover sobre la base de consumo de electricidad y combustible. Aplíquese esta receta a los países del Tercer Mundo y verán cuántas personas dejarán de consumir maíz entre las masas hambrientas de nuestro planeta. O algo peor: présteseles financiamiento a los países pobres para producir etanol del maíz o de cualquier otro tipo de alimento y no quedará un árbol para defender la humanidad del cambio climático.

    Otros países del mundo rico tienen programado usar no sólo maíz, sino también trigo, semillas de girasol, de colza y otros alimentos para dedicarlos a la producción de combustible. Para los europeos, por ejemplo, sería negocio importar toda la soya del mundo a fin de reducir el gasto en combustible de sus automóviles y alimentar a sus animales con los residuos de esa leguminosa, especialmente rica en todos los tipos de aminoácidos esenciales.

    En Cuba, los alcoholes se producían como subproducto de la industria azucarera, después de hacerle tres extracciones de azúcar al jugo de caña. El cambio de clima está afectando ya nuestra producción azucarera. Grandes sequías se vienen alternando con lluvias récord, que apenas permiten producir azúcar durante cien días con rendimientos adecuados en los meses de nuestro muy moderado invierno de modo que falta azúcar por tonelada de caña o falta caña por hectárea debido a las prolongadas sequías en los meses de siembra y cultivo.

    En Venezuela, tengo entendido que usarían el alcohol no para exportar, sino para mejorar la calidad medioambiental de su propio combustible. Por ello, independientemente de la excelente tecnología brasileña para producir alcohol, en Cuba el empleo de tal tecnología para la producción directa de alcohol a partir del jugo de caña no constituye más que un sueño o un desvarío de los que se ilusionan con esa idea. En nuestro país, las tierras dedicadas a la producción directa de alcohol pueden ser mucho más útiles en la producción de alimentos para el pueblo y en la protección del medio ambiente.

    Todos los países del mundo, ricos y pobres, sin excepción alguna, podrían ahorrarse millones de millones de dólares en inversión y combustible simplemente cambiando todos los bombillos incandescentes por bombillos fluorescentes, algo que Cuba ha llevado a cabo en todos los hogares del país. Eso significaría un respiro para resistir el cambio climático sin matar de hambre a las masas pobres del mundo.

    Como puede observarse, no uso adjetivos para calificar al sistema y a los dueños del mundo. Esa tarea la saben hacer excelentemente bien los expertos en información y los hombres de ciencias socioeconómicas y políticas honestos que en el mundo abundan y que constantemente hurgan en el presente y el porvenir de nuestra especie. Basta una computadora y el creciente número de redes de Internet.

    Hoy conocemos por primera vez una economía realmente globalizada y una potencia dominante en el terreno económico, político y militar, que en nada se parece a la Roma de los emperadores.

    Algunos se preguntarán por qué hablo de hambre y sed. Respondo: no se trata de la otra cara de una moneda, sino de varias caras de otra pieza, como pueden ser un dado con seis caras, o un poliedro con muchas más caras.

    Acudo en este caso a una agencia oficial de noticias, fundada en 1945 y generalmente bien informada sobre los problemas económicos y sociales del mundo: la TELAM. Textualmente, dijo:

    «Cerca de 2 mil millones de personas habitarán dentro de apenas 18 años en países y regiones donde el agua sea un recuerdo lejano. Dos tercios de la población mundial podrían vivir en lugares donde esa escasez produzca tensiones sociales y económicas de tal magnitud que podrían llevar a los pueblos a guerras por el preciado ‘oro azul’.

    «Durante los últimos 100 años, el uso del agua ha aumentado a un ritmo más de dos veces superior a la tasa de crecimiento de la población.

    «Según las estadísticas del Consejo Mundial del Agua (WWC, por sus siglas en inglés), se estima que para el 2015 el número de habitantes afectados por esta grave situación se eleve a 3 500 millones de personas.

    «La Organización de Naciones Unidas celebró el 23 de marzo el Día Mundial del Agua, llamando a enfrentar desde ese mismo día la escasez mundial del agua bajo la coordinación de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el objetivo de destacar la creciente importancia de la falta de agua a nivel mundial y la necesidad de una mayor integración y cooperación que permitan garantizar una gestión sostenida y eficiente de los recursos hídricos.

    «Muchas regiones del planeta sufren una escasez severa de agua, viviendo con menos de 500 metros cúbicos por persona por año. Cada vez son más las regiones que padecen la falta crónica del vital elemento.

    «Principales consecuencias de la escasez de agua son la insuficiente cantidad de ese precioso líquido para la producción de alimentos, la imposibilidad de desarrollo industrial, urbano y turístico y problemas de salud.»

    Hasta aquí el cable de TELAM.

    Dejo de mencionar en este caso otros importantes hechos, como los hielos que se derriten en Groenlandia y en la Antártica, los daños en la capa de ozono y la creciente cantidad de mercurio en muchas especies de peces de consumo habitual.

    Hay otros temas que pueden abordarse, pero simplemente pretendo con estas líneas hacer un comentario sobre la reunión del presidente Bush con los ejecutivos principales de compañías automotrices norteamericanas.

    Marzo 28 del 2007

    Fidel Castro

    Lo dice alto, claro y profundo: «En nuestro país, las tierras dedicadas a la producción directa de alcohol pueden ser mucho más útiles en la producción de alimentos para el pueblo y en la protección del medio ambiente….La tragedia no consiste en reducir esos gastos de energía, sino en la idea de convertir los alimentos en combustible…o peor: présteseles financiamiento a los países pobres para producir etanol del maíz o de cualquier otro tipo de alimento y no quedará un árbol para defender la humanidad del cambio climático.»
    Espero haberlo disuadido de su opinión anterior.

  5. Hola Anáhuac: Me pregunto si su aportación es una réplica a lo afirmado en mi comentario. Comparto plenamente que Fidel fue consciente de la responsabilidad de las relaciones de producción y las leyes de acumulación capitalistas respecto de la crisis ecológica que sufrimos. De lo que no se manifestó tan consciente, como el resto de marxistas, fue de otro fenómeno de máxima relevancia en la infraestructura de cualquier sociedad: las relaciones de reproducción. Mientras las clases populares sigan ejercitando la paternidad de un modo irresponsable al servicio de los intereses de la clase dominante, que utiliza a a sus descendientes como una mercancía de usar y tirar en un proceso de acumulación creciente, la privada miseria de una minoría seguirá contribuyendo al éxito de una ludopatía, que lleva siglos sacrificando sus expectativas e incluso su esperanza de vida. La acción humana más relevante de nuestra especie no puede estar ni un día más al servicio de los perversos y criminales intereses de una clase social inmersa en un modelo de juego patológico.

    Por ponerte un ejemplo, los bosquimanos del Kalahari decidieron que la paternidad responsable y los consecuentes derechos del nasciturus estaban por encima de cualquier modelo en las relaciones de producción que cuestionara el modelo. Para ellos, la procreación dentro de cada comunidad debe ajustarse a las leyes del Mínimo de Liebig, de forma de el número total de individuos debe ajustarse al factor crítico por excelencia (la escasez de agua), reconociendo el acceso pleno a los recursos de todos sus miembros en una relación de igualdad. Así fue como los bosquimanos evitaron las clases sociales, la discriminación, la exclusión social, las escaseces, las guerras y la degradación de un medio ambiente tan precario y frágil como es el desierto. En las sociedades complejas, los intereses de la egoísta clase dominante pusieron a su servicio a los miembros de las clases oprimidas hasta convertirlas en una mercancía de usar y tirar, que, cuanto más procreaba, más frágil y dependiente se volvía y más ambiciosos y arriesgados eran los procesos de acumulación de riqueza de aquella.

    Mientras la procreación sea una variable no controlada y a la deriva por la grave e irreflexibla explosión demográfica que sufrimos, no hay solución posible a los graves problemas que padecemos. Vivimos inmersos en la doctrina del caos por culpa de una procreación irresponsable e irreflexiva sobre la que se sustenta el darwinismo social imperante. Procreando de forma inadecuada por encima de la sostenibilidad y sin un orden y reglas sociales que garanticen los derechos fundamentales, es comprensible que impere el «sálvese quien pueda», lo que beneficia claramente a una clase social egoista y oportunista como es la burguesía.

  6. No se trata de un problema de “reproducción” que usted llama “procreación irresponsable e irreflexiva, sino de las relaciones de producción, influyentes o determinantes en la reproducción social de las clases trabajadoras, y cómo se distribuye o reparte el plusvalor. Lo que se tiene que cambiar es el modo de producción, no la procreación de la especie. Detecto en sus argumentos un fuerte influjo de los preceptos del neomalthusianismo. Saludos.

  7. La Ecología de Marx: Materialismo y Naturaleza es un excelente libro de John Bellamy Foster que explica con mucha claridad las críticas de Marx y Engels al malthusianismo y corrientes afines. Se publicó en España por la editorial Viejo Topo. Probablemente se pueda acceder al libro en algunas de nuestras librerías y bibliotecas.

  8. Estimado Anáhuac:

    Aunque lográramos cambiar las relaciones de producción, el crecimiento demográfico no podría ser infinito en un pequeño planeta de recursos finitos y hay claros indicadores de que 7.400 millones de seres humanos es una población insostenible si tomamos como referencia factores críticos como el suelo fértil y el agua dulce, en avanzado estado de degradación. Cada año millones de hectáreas de suelo fértil son pasto de la erosión del viento y del agua, de la contaminación y la salinización y de su recalificación para otros usos. Los niveles piezométricos y caudales de los más importantes acuíferos y ríos descienden de forma alarmante y muchos de esos acuíferos no se podrán recargar cuando se agoten por contener aguas fósiles o encontrarse en lugares de bajísima pluviometría (espacios desérticos de Africa o el próximo y medio oriente). Estamos produciendo alimentos de forma insostenible y reconvirtiendo en suelo agrícola las últimas reservas forestales de la biosfera, facilmente erosionables, manteniendo en situación de hambre extrema a 1/7 de la población total y subnutrida a miles de millones más.

    Por mucho espacio físico o aire mínimamente respirable que tengamos para 10.000, 20.000 o 100.000 millones de viajeros de la nave espacial Tierra, ya es una insensatez y hasta un crimen de lesa humanidad tener una población planetaria de 7.500 millones de habitantes si un recurso crítico no renovable tan importante como el suelo fértil y otro cada día más escaso como el agua dulce, imprescindibles para la alimentación de la especie, son explotados de forma insostenible manteniendo en una situación de hambre extrema a más de 1.000 millones, que jamás podrán acceder a una alimentación adecuada, salvo que seamos todavía más irresponsables y cortoplacistas en la explotación de estos recursos fundamentales.

    Hace ya muchos años que los marxistas debimos abrazar el neomalthusianismo en un pequeño planeta de recursos críticos sobreexplotados. Si se lograra algún día el triunfo del marxismo en las condiciones actuales, ¿cómo explicaríamos a los más jóvenes que habría que redoblar la sobreexplotación del suelo fértil y el agua para poder alimentar a los excluidos o cómo podríamos explicar a estos que hay que garantizar los derechos de aquellos?

    Los estudios sobre los límites del crecimiento desde el Club de Roma hicieron saltar todas las alarmas hace ya muchos años, en que los marxistas debimos tomar conciencia del problema, pero las relaciones de reproducción como elemento de máxima relevancia en la infraestructura de cualquier sociedad (tal y como lo concibe el materialismo cultural) también podría ser una herramienta crucial para el cambio de las relaciones de producción que propugnamos desde la izquierda. La procreación irresponsable de las clases oprimidas es el caldo de cultivo que necesita la ideología capitalista para perpetuar y acrecentar sus privilegios en una huida hacia delante que amenaza con arrastrarnos a la autodestrucción. Mientras la explosiva procreación sea una variable no controlada, el darwinismo social seguirá campando por sus fueros y la clase dominante incrementará la presión sobre los recursos más allá de la sostenibilidad en base a una creciente demanda que no se puede dejar de atender. Los pobres competirán con su clase por puestos de trabajo cada vez más precarios e inaccesibles, siendo cada vez mayor el número de los excluidos.

    Paul Ehrlich, Lester Brown, Carl Sagan son científicos de un perfil neomalthusiano y compromiso social que merecen máxima atención a sus reflexiones. También a fines del XIX y comienzos del XX, el neomalthusianismo pudo cambiar el curso de la Historia si las sociedades hubieran sido más receptivas a sus propuestas de dignificación de las condiciones de vida de la clases humildes a través de una procreación responsable y de una huelga de vientres mientras no se dieran las garantías adecuadas para los nasciturus. Tuve la suerte hace años de tropezarme en una librería con una obra del doctor G Hardy de comienzos del siglo XX con profundas y valiosas reflexiones, además de citas de elevado interés como las siguientes:

    » Es increíble que el acto de llamar hombres a la vida -el cual sin discusión alguna es el que tiene más consecuencias- sea precisamente el que menos se haya creído necesario regular» Carlos Desnoyer.

    «Todos los males que sufre el pueblo, toas las miserias, las tiranías de que se queja, toda su decadencia vienen de su estúpida fecundidad…Los infelices que engendran cruelmente otros desgraciados son los enemigos de su clase y los de la humanidad. Ellos son los que propagan y perpetúan el dolor sobre la tierra.
    Carta a Ema Giraoud, Agosto 1905

    «Del mismo modo que en Roma, se hizo en el país de los pingüinos un censo cada cinco años, dándose cuenta por este medio de que la población aumentaba rápidamente. Aunque los niños morían allí con abundancia maravillosa y el hambre y la peste viniesen con perfecta regularidad a diezmar pueblos enteros, nuevos pingüinos, siempre más numerosos, contribuiían con su miseria privada a la pública prosperidad» Anatole France

    Por suerte, en Cuba el sistema político no deja a nadie en la cuneta y proporciona a la población los medios contraceptivos para que los cubanos puedan ejercitar una paternidad responsable, cada día más concienciados de que el bienestar de las futuras generaciones nada tiene que ver con una creciente tasa de fertilidad, que precariza las condiciones de vida del pueblo en un planeta superpoblado y sirve de coartada a la oligarquía capitalista en su adictiva cruzada por la apropiación creciente del plusvalor y destrucción del planeta pues el crecimiento de la productividad no sólo no tendría sentido sino que tendría que ser evaluado como intolerable y devastador con sólo que la demografía fuera una variable controlada en función de un aprovechamiento sostenible de los recursos. Saludos.

  9. Voy a leer cuidadosamente tu comentario. Gracias por tu muy bien elaborada y razonada respuesta. Saludos.

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  11. El Comandante siempre tuvo una vision holistica del problema ambiental en nuestros tiempos. Su pensamiento visionario es un ejemplo de las ideas que los lideres deben tener en el mundo de hoy

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