Miguel Fernández*
Fue casualmente en los Estados Unidos, donde el presidente Abraham Lincoln aseguró que «puedes engañar a todo el mundo algún tiempo, puedes engañar a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.» Y digo casualmente, porque en estos momentos de mentiras y campañas mediáticas contra Cuba, fraguadas desde las “trincheras” anticastristas de Miami, acaba de desinflarse un embuste donde también se utilizó como estandarte a un preso que murió en huelga de hambre.