Calumnia, que algo queda. Por Zaida Capote Cruz


Estaba en un jurado literario y decidí negarle el voto a una novela bastante buena que, sin embargo, había elegido la calumnia. En un breve pasaje caricaturizaba al presidente de la Casa de las Américas y lo responsabilizaba con la muerte del poeta Raúl Hernández Novás. Si no recuerdo mal, cuando Raúl se suicidó, el novelista este andaba buscándose la vida en Suramérica. Fueron tiempos difíciles, los noventa; para todos y más para Raúl, cuya situación familiar y habilidades sociales le negaban recursos para sortear la crisis (hay por ahí un soneto suyo agradeciendo el regalo de un jabón). Pero culpar a la Casa y a su presidente me parecía una abyección. Hubo miembros del jurado que votaron a favor de la novela y luego fueron a la ceremonia de despedida a Roberto. Hay gente así, digamos, inconsciente. Sigue leyendo