Iroel Sánchez
Al leer Conversación en La Catedral, de las primeras novelas de Mario Vargas Llosa, uno queda impactado para siempre por la capacidad de su autor para exponer los misterios de la condición humana e insertarlos en la realidad latinoamericana de los años sesenta.
Pero no es al escritor de un libro como ese –publicado cuando su creador aún era un simpatizante de la Revolución Cubana, y considerado por muchos su obra maestra- al que se ha reconocido con el Premio Nobel. Sigue leyendo