Iroel Sánchez
Hay coincidencias raras, demasiado raras…Cuando el Papa Juan Pablo II arribaba a La Habana, en enero de 1998, en una visita que se convertiría en un triunfo de opinión pública para la Revolución Cubana, estalló el affaire de Mónica Lewinsky para enlodar al presidente Bill Clinton. “Buenas noches, estamos en La Habana pero la noticia está en Washington”, Sigue leyendo