El costo de la no solidaridad (Parte I): ¿Por qué somos internacionalistas?  Por Javier Gómez Sánchez


javiergosanchez09@gmail.com 

En los últimos días han surgido escritos en la red que plantean una visión crítica de la solidaridad y del internacionalismo cubano, haciendo énfasis en el ¨costo¨ social y familiar que estos significan.

Esos textos me han recordado el día en que las FAR nos entregaron el armamento con el que filmaríamos las escenas de la teleserie La Otra Guerra, abrir aquellas cajas fue como tener en las manos una parte de la Historia de Cuba.

Algunos de los fusiles FAL belgas que utilizamos fueron ¨esos mismos fusiles¨ de ese día de Abril del 1961 en la esquina de 23 y 12. Llevaban impreso en el metal nuestro escudo nacional. Pero otros venían de todas partes: de la guerrilla venezolana, de la lucha sandinista en Nicaragua, otros capturados en Angola. 

Uno especialmente llamó nuestra atención, llevaba en su culata de madera una curiosa inscripción, de un lado en español y por la otra debía ser la misma en árabe:

¨Fusil FAL ocupado a las fuerzas iraníes en la región de Dhofar por el FPLO y entregado al compañero Jefe de la Misión Militar Cubana Víctor Cuadrados por el compañero Mohamed Abdula representante del (ilegible) Central del FPLO. 19-11-1974¨

La curiosidad se convirtió en investigación. ¿Qué era el FPLO? ¿Fuerzas iraníes? ¿Misión Militar Cubana en dónde?

EL FPLO fueron las siglas de Frente Popular de Liberación de Omán, movimiento armado que organizó la lucha en un conflicto poco conocido: La Revolución de Dhofar, contra la monarquía del sultanato de Omán. Como parte del Movimiento Nacionalista Árabe buscaba lograr una república panárabe socialista en el Golfo Pérsico y en los Emiratos Árabes.

Desde la cercana República Popular Democrática de Yemen del Sur, oficiales internacionalistas cubanos ayudaban a entrenar a los movimientos de liberación árabe en varios países, entre ellos al FPLO.

La antigua metrópoli británica envió ayuda militar al sultanato omaní, y con apoyo norteamericano, hizo que el Shah de Irán Reza Pahlevi -quién luego fuera destronado por la Revolución Iraní- viendo las barbas de su vecino arder, enviara tropas de su ejército para combatir al movimiento armado popular. El fusil de uno de esos soldados iraníes, muerto en combate, fue capturado por un combatiente omaní, que decidió en gesto de fraternidad regalarlo a uno de los cubanos que conoció en su entrenamiento como guerrillero.

Las derrotas en la Guerra de los Seis Dias y en la del Yom Kipur, la fragmentación de intereses entre las repúblicas árabes de inclinación socialista como el Egipto de Nasser y la Siria de Hafez Al Assad -padre de Bashar Al Assad, actual presidente de Siria- con monarquías como la de Jordania (que apoyó al sultán de Omán en su lucha contra el socialismo árabe) provocaron no solo la derrota de la lucha armada en la Península Arábica, sino la disolución del ideal de panarabismo socialista.

El auge petrolero dividió a los países árabes en ricos y pobres. Los sultanatos que el FPLO luchaba por convertir en democracias populares, se convirtieron en pequeñas metrópolis petroleras que hoy viven del trabajo de otros países que no poseen petróleo.

¿Qué hacia Cuba metida en esa lucha lejana? ¿Qué hacían un grupo de cubanos tan lejos, en un lugar de lengua extraña?

Si el sueño de un Socialismo Árabe hubiese triunfado, tal vez no existirían hoy países árabes tremendamente ricos y pueblos árabes tremendamente pobres.

El Estado Islámico, el fundamentalismo religioso, y el terrorismo han sido los escapes que ha encontrado una población de jóvenes de la región a través de décadas de frustración, separados por fronteras artificiales y por etnias, explotados por metrópolis europeas, agredidos por la imposición post colonial del Estado de Israel y la utilización militar de este por franceses, ingleses y norteamericanos. Invadidos por marines, reprimidos por dictaduras sostenidas por intereses foráneos, y sumidos en la pobreza por un capitalismo salvaje.

Si existiera ese socialismo internacionalista que Cuba apoyaba, no existiría hoy el Estado Islámico.

7 pensamientos en “El costo de la no solidaridad (Parte I): ¿Por qué somos internacionalistas?  Por Javier Gómez Sánchez

  1. Lo mismo, viendolo desde estos lares: las FARC y el ELN no estuvieran nogociando con esa derecha rancia pro-imperio de Colombia. Solidaridad en este mundo, segun yo veo, es sinonimo de Revolucion Cubana.

  2. Amigo Javier, itereante su trabajo, espero ver la próxima salida. Yo muy en particular soy un defensor de Internacionalismo, el de otros tiempos que fuera tan legitimado por la participación del «pueblo» y el de ahora, que sigue siendo el mismo, sólo que ha cambiado el contexto. Yo fui internacionalista de la época de las misiones de Angola y de ahora, también por estos tiempos en Angola, sólo que con unos años más y con tizas en manos en vez de fusil. Amigos Javier y Iroel, gracias por abordar este tema que a mi generación marcó en lo profundo y quiero transmitir a mis nietos. Saludos

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  5. La solidaridad me parece un acto maravilloso por su altruismo y desprendimiento.Prefiero y defiendo la solidaridad de batas blancas, de educadores, deportistas y constructores no así la de soldados ni la de instructores de guerrilleros. etc, etc.Los conflictos armados deben resolverlos los involucrados. Muchas làgrimas vertieron nuestras madres por esta causa.Mis saludos.

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