EEUU: «Excesos» sistémicos. Por Iroel Sánchez


En su conversación, revelada por el Washington Post, con el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto, Donald Trump dio una de las claves de su comportamiento:

“Tengo que hacer que México pague por el muro. He estado hablando de ello durante un periodo de dos años”

Y ante la respuesta de Peña Nieto en el sentido de que seguiría oponiéndose al muro respondió: 

“Pero no puedes decir eso a la prensa. La prensa irá con eso y es algo que no podría soportar”.

Tal vez ahí esté la clave para comprender al actual gobierno estadounidense de los últimos días de amenazas y más amenazas: Lealtad a sí mismo y obsesión defensiva con lo que dirán sobre él los medios de comunicación.

La prensa -algo que Trump dice no podría soportar- habla de modo creciente de su impopularidad y de su incapacidad para hacer cumplir sus promesas de campaña, y a no pocos nos recuerda que en índices de aceptación y periodo inicial semejantes, George W. Bush arrancó de los atentados terroristas del 11 de septiembre a una “guerra contra el terror” que se inventó -con el aplauso de la prensa que poco antes lo denostaba – armas de destrucción masiva en Iraq y desató un caos cuyas nefastas consecuencias llegan hasta hoy, alterando para mal la vida de miles de millones  de personas en todos los mundos. 

También en la última semana salió a la luz una vez más el terror. Pero esta vez, como ocurre con frecuencia, el terror no vino de fuera. La ultraderecha racista y filonazi que se ha sentido envalentonada con la llegada de Trump a la Casa Blanca escenificó en Charlostteville, Virginia, un acto de terrorismo que arrojó el fallecimiento de una mujer y decenas de heridos. Un joven atropelló allí con un vehículo a manifestantes que protestaban en esa ciudad contra  miembros de la ultraderecha racista que se organizaban para exigir se retirara una estatua dedicada al general del Ejército Confederado, es decir del Sur racista durante la Guerra Civil, Robert E. Lee.

El hecho de que Trump, Twitter mediante, haya realizado una condena general del incidente, hablando de violencia sin mencionar el racismo, el supremacismo blanco ni el neonazismo, ha desatado las críticas de los medios de comunicación y el distanciamiento de miembros del Partido Republicano e integrantes de su propio equipo. Al extremo que desde la Casa Blanca tuvieron que aclarar que la condena del presidente incluye a esos grupos extremistas.

El discurso ferozmente antiinmigrante del Presidente, el apoyo de campaña que le ofrecieron los grupos extremistas de derecha y su comunicación política dictada por la soberbia y las malas relaciones con la prensa tradicional le pasan la cuenta. Fue precisamente el racismo estructural que sacó a la superficie el paso del huracán Katrina por Nueva Órleans y la fatal gestión humanitaria que de aquel desastre hizo la administración Bush, el que jugó un papel importante en abrir por primera vez las puertas de la Casa Blanca a un Presidente negro. Sin embargo, al concluir su mandato, Barack Obama estableció récord de deportaciones, crecieron los asesinatos de afroamericanos por la policía y hasta figuras emblemáticas de la lucha por los Derechos civiles como el Reverendo Jesse Jackson terminaron sintiéndose traicionados por Obama; el conocido académico negro Cornel West llegó a calificar al primer presidente negro y excelente comunicador como “una mascota de Wall Street”. 

Que haya más continuidades que rupturas en las consecuencias de algunas de las políticas emanadas de la Casa Blanca de Bush a Trump, pasando por Obama que declaró a la Venezuela a la que Trump promete la “opción” militar “amenaza a la seguridad nacional de los EE.UU.” y la hostigó hasta llevarla a una crisis que presionaba -a través de las dificultades de su principal aliado- a la misma Cuba con que negociaba y a la que hablaba de querer ayudar, tiene que ver con cuán independientes o no de Wall Street hayan sido los hombres que han gobernado desde el número 1600 de la Avenida Pennsylvania.

Hablar de “excesos” o “abusos” cuando el odio es parte del funcionamiento de un sistema que ha torturado de Abu Ghraib  a Guantánamo y que desde tiempos de Obama hace funcionar a su Presidente, en palabras de Fidel Castro, como tribunal y verdugo para las sentencias que ejecutan los drones, es algo que recuerda a Simone de Beauvoir ante la barbarie de los colonialistas franceses en Argelia:

“Protestar en nombre de la moral contra «excesos» o «abusos» es un error que sugiere complicidad activa. No hay «abusos» o «excesos» aquí, simplemente hay un sistema que lo abarca todo”.

A pesar de que un presidente maneje brillantemente la prensa y otro se pase todo el tiempo hablando mal de ella.  

7 pensamientos en “EEUU: «Excesos» sistémicos. Por Iroel Sánchez

  1. Un comentario desde mi visión de visitante a ese gran territorio y culturas que conforman el llamado Estados Unidos de América, con sus tres bien marcadas y diferenciadas áreas de desarrollo humano que son el centro continental y sus dos costas Atlántico y Pacifico, pero sobre todo por ese convencimiento personal que se basa en un concepto tan bien definido e inculcado a todos por la revolución Cubana que impone que la educación es la única vía de desarrollo personal y de la sociedad, y hoy esta disyuntiva que se vive es básicamente por un problema de educación dentro de la sociedad americana.
    Utilizare de referencia una investigación sobre la educación en EU que leyéndola comprendí esa sociedad americana que en tantas ocasiones me sorprendía, la misma que hoy comienzan a cuestionar los más osados e inteligentes políticos y hombres de negocios de ese país, claro está no su presidente que ha llegado ahí precisamente por esta realidad.
    El estudio se llama “El deterioro de la educación pública en Estados Unidos y el papel del gobierno federal” de Susan Berglund y les dejo el link http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-25082002000200007 solo resaltare detalles y cifras que me llamaron la atención, pero recomiendo leerlo como un todo y no sacar apresuradas conclusiones.
    Comienza definiendo que “Debido al deterioro evidente de la educación pública en los Estados Unidos, el gobierno federal, que no tiene ninguna responsabilidad constitucional por la educación, se ha visto comprometido cada vez más en la búsqueda de soluciones.”
    1- Cerca de 23 millones de adultos eran funcionalmente analfabetos.
    2- Alrededor del 13 por ciento de los jóvenes de 17 años también lo era.
    3- El promedio alcanzado entre estudiantes de bachillerato en los exámenes estandarizados era más bajo que cuando se lanzó el Sputnik al espacio en 1957.
    4- Los promedios en las pruebas nacionales para admisión a la universidad habían bajado casi sin parar desde 1964.
    5- Casi 40 por ciento de los jóvenes de 17 años (edad típica del último año de bachillerato en aquel entonces) no podía inferir información de textos escritos; sólo 20 por ciento podía escribir un ensayo coherente y sólo un tercio podía resolver una prueba matemática que requería varios pasos.
    6- Por primera vez en nuestra historia, las destrezas educacionales de una generación no superarán, no igualarán, ni siquiera estarán cercanas a las de sus padres.
    Una observación más, ningún presidente electo anteriormente ha demostrado tan fehacientemente cuan poco poder real tiene el presidente americano dentro de esa división de poderes e intereses que gobiernan esa nación, como para que hoy siga teniendo que recurrir a campañas presidenciales para intentar lograr lo que fueron sus bases de elección.

  2. «Pero no augura, sino certifica, el que observa cómo en los Estados Unidos, en vez de apretarse las causas de unión, se aflojan; en vez de resolverse los problemas de la humanidad, se reproducen; en vez de amalgamarse en la política nacional las localidades, la dividen y la enconan; en vez de robustecerse la democracia, y salvarse del odio y miseria de las monarquías, se corrompe y aminora la democracia, y renacen, amenazantes, el odio y la miseria. Y no cumple con su deber quien lo calla, sino quien lo dice. Ni con el deber de hombre cumple, de conocer la verdad y esparcirla; ni con el deber de buen americano, que sólo ve seguras la gloria y la paz del continente en el desarrollo franco y libre de sus distintas entidades naturales; ni con su deber de hijo de nuestra América, para que por ignorancia, o deslumbramiento, o impaciencia, no caigan los pueblos de casta española, al consejo de la toga remilgada y el interés asustadizo, en la servidumbre inmoral y enervante de una civilización dañada y ajena. Es preciso que se sepa en nuestra América la verdad de los Estados Unidos…
    En otros, la yanquimanía es inocente fruto de uno u otro saltito de placer, como quien juzga de las entrañas de una casa, y de las almas que en ella ruegan o fallecen, por la sonrisa y lujo del salón de recibir, o por la champaña y el clavel de la mesa del convite:–padézcase; carézcase; trabájese; ámese, y, en vano; estúdiese, con el valor y libertad de sí; vélese, con los pobres; llórese, con los miserables; ódiese, la brutalidad de la riqueza; vívase, en el palacio y en la ciudadela, en el salón de la escuela y en los zaguanes, en el palco del teatro, de jaspes y oro, y en los bastidores, fríos y desnudos: y así se podrá opinar, con asomos de razón, sobre la república autoritaria y codiciosa, y la sensualidad creciente, de los Estados Unidos.»
    Fragmento de «La verdad sobre los Estados Unidos.» José Martí, Periódico Patria, Nueva York, 23 de marzo de 1894

  3. Mucho se ha hablado de la guerra de secesión norteamericana y el cuento de que fue una guerra contra la esclavitud, los protagonistas de aquella guerra civil tanto de un bando como de otro eran ante todo imperialistas. Los sureños que defendían la esclavitud en el Sur de EEUU, los confederados, y los del norte los yanquis, como fuerzas progresistas. Muchos protagonistas, militares, de un bando y de otro antes de aquella guerra de secesión, participaron en la guerra de agresión contra Méjico, ocupando y robando la mitad del territorio mejicano, el general Robert Lee, el de la estatua que han retirado y que han originado los choques esos violentos de favorables y opositores, que por cierto los heridos tendrán que pagarse la asistencia médica, pues eso que el general Robert Lee fue uno de los ayudantes del general Winfield Scott, que comandaba las tropas que invadieron Méjico, así que los que eran racistas y esclavistas también ocupaban territorios como Méjico con los unionistas y tanto unos como otros exterminaron a los indios. El general Grant, unionista también invadió Méjico y el general Sherman y todos distinguidos en fumigar a la población india, por eso lo que les unía era Imperialismo, racismo, militarismo y fundamentalismo religioso que es la esencia y origen de EEUU como tal.
    En los disturbios de Charlostteville, en Virginia, por mucho que se quiera hablar de racismo, que por supuesto existe y mucho, lo que provocó realmente en mi opinión la violencia es, la lucha de clases, pero en EEUU quien controla todo son las élites globalistas y ningún presidente estadounidense se sale del esquema, como señala Iroel en su post, Obama una mascota de “Wall Street”, un presidente demócrata negro llevó las mismas políticas prácticamente que las de un blanco republicano fundamentalista protestante. Ocurren la elecciones donde finalmente estaba una diosa de la guerra, una psicópata criminal como la Hilaria Clinton y en eso aparece Trump, un bocón, grosero, desagradable, no es un comunicador, emocional y multimillonario, él es diferente a todos los demás a pesar de todo y decían que es la verdadera Norteamérica, bueno se ve que es otro producto de diseño, una figura virtual y el verdadero protagonista que controla el congreso y el senado es el stablishment, el que controla, el que quiere seguir controlando el mundo, invadiendo, agrediendo y robando los recursos de todos los demás, pero ahora además de todo eso lo que quiere es crear el caos, destruir los estados como algunos analistas han dicho y seguir robando los recursos y Venezuela es el país con más reservas petrolíferas del mundo comprobadas además de todas las otra riquezas que ahora el pueblo venezolano posee, no como antes una oligarquía vendepatrias que se lo daban en bandeja a la agresiva superpotencia imperialista, la que está a 90 millas, de la cubita linda y revolucionaria.

  4. Por cierto lo que nunca se menciona y fue realmente el detonante de la llamada guerra de secesión fue el planteamiento de los racistas del sur de “ a los del norte hasta el polo norte y a los del sur hasta el polo sur “ que constituía todo un proyecto de extender la esclavitud en toda America Latina colonizada por ellos. Ya lo habia intentado un payaso de nombre Walker en Nicaragua.
    Cuando aquello el susto fue tremendo en Washington, un Washington sin bombas atomicas que temia meterse en territorio en el que habría que pelear como los hombres cara a cara y pecho a pecho y no matando indigenas indefensos. Quizás hoy en día los racista de la revuelta en Charlotte con sus bombas atomicas quizas se atrevan a volver a su viejo proyecto comenzando por Venezuela.

  5. Alejandro, gracias por recordarnos ese texto de Martí…entre tantas lecturas y temas que nos urge conocer, uno se justifica el olvido y la imperiosa necesidad de regresar a ellas…

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