La temperatura de los medios. Por Ernesto Estévez Rams


A comienzo de milenio Umberto Eco rememoraba cómo la radio, cuyas primeras experiencias vivió como un niño durante la Segunda Guerra Mundial, se volvía para el oyente en una experiencia litúrgica. La misma sensación me transmitía mi abuelo cuyo rito diario incluía alguna novela radial y Alegrías de Sobremesa. Antes que llegara el momento de escuchar, en casa podían ocurrir múltiples cosas, pero un cuarto de hora antes del inicio, las disímiles acciones tenían el sumergido propósito de preparar el ambiente para ese momento en que empezaba el programa favorito. Sigue leyendo